lunes, 23 de marzo de 2009

Entrevista a Claudio en Hik Hasi, 2


Siguiente pregunta: ¿Como puede la educación contribuir a la armonización de los tres partes del cerebro: razonamiento, emoción e instinto?.

Claudio: Yo diría que de dos maneras. Primero: dando espacio a cada uno de ellos.
No hacerlo de manera que las demandas intelectuales sean tan exageradas que eclipsen
todo lo demás. Esto no deja nada de espacio para la vida de los sentimientos o las relaciones...y aprender a vivir.

Usted ha mencionado el instinto y yo siento profundamente que la educación en este sentido tiene que ir en contra de un error. Una especie de enfermedad generalizada que forma parte
de nuestra civilización. La civilización – hace unos seis mil años atrás – se volvió en contra
de la naturaleza y contra la naturaleza interna. La civilización pretende dominar la naturaleza.
Y se supone que nosotros debemos dominarnos a nosotros mismos. Y hemos sido domesticados para lograr esto. No estamos en contacto con nuestro ser instintivo, con nuestro ser instintivo sano. Podríamos decir que no estamos en contacto con nuestro niño interior. Hemos enterrado
la espontaneidad del niño y la espontaneidad del instinto sano que también tenemos.

Así que parte de la educación necesita incorporar lo que hoy día es tarea de la psicoterapia.
Los psicoterapeutas alivian el sufrimiento humano aliviando la represión en este sentido. Permite a las personas saber lo que quieren y les ayuda a sentir que tienen derecho a sus necesidades y deseos básicos.
Nosotros, como cultura, hemos criminalizado nuestras necesidades y nuestros deseos, somos demasiado inhibidos. La educación es autoritaria en la forma que perpetua esto. Manteniendo
a todos tranquilos y callados. Todos obedientes a normas de una manera que es tan exagerada que empobrece nuestra humanidad.
Por lo tanto, básicamente estoy diciendo: una forma de convertirnos en humanos completos es tener espacio para cada área de nuestra vida, cada faceta de nuestra vida.

Segundo: para la cuestión de la atención o la neutralidad, incluso se puede utilizar la palabra meditación. La habilidad de darse cuenta de uno mismo como un testigo neutral. Algo insólito, que hoy día no se enseña exceptuando en las tradiciones espirituales. Sin embargo, el darse cuenta es la base para la armonía. El factor que armoniza. Darse cuenta permite que los conflictos se solucionen. Cuando no somos concientes, cuando no nos damos cuenta, nuestras diferentes partes luchan y es como personas ciegas golpeándose en la oscuridad. Cuando hay luz, nuestras partes se alinean. Por naturaleza.
Así que parte de la educación debería enseñar a las personas a estar presente en el momento.
No solamente prestando atención a esto o a lo otro, sino prestando atención a su experiencia
del momento. Darse cuenta de lo que esta pasando por dentro, en otras palabras, ser capaz de percatarse. Y no convertirse en robots.

La siguiente pregunta es: Como ve Usted una educación en amor o hacía el amor?

Claudio: Mi respuesta es….en el significado más sencillo de la palabra. Que es….un buen corazón. O amabilidad. La pregunta entonces cambia a ¿como educar a las personas para que sean benevolentes, como educar a las personas a no ser esencialmente resentidas, vengativas o enojadas con los demás?. Hoy, sabemos muy bien que esta forma de benevolencia no puede ser lograda solamente con buenas intenciones o a través de sermones o ideales.
Se necesita algo de psicología. El progreso psicológico de hoy día hace posible entender que
el rencor es una enfermedad. Algo que fue implantado en nuestra infancia. Y que puede ser eliminado, exorcizado de alguna manera. Con un entendimiento adecuado. Estamos enfadados
los unos con los otros porque originalmente estamos enfadados con los primero seres con quienes nos hemos relacionados y que fueron nuestros padres. Y nuestro enfado con nuestros padres es una respuesta natural al trato violento que hemos recibido de nuestros padres, a pesar de su buena voluntad y sus mejores intenciones. Simplemente porque somos el reflejo de nuestra cultura, de nuestra civilización. Ellos, a su vez tuvieron padres quienes a su vez tuvieron padres. Por lo tanto, parece que todos somos portadores de una enfermedad que pasa a través de generaciones. Si estamos enfadados, como Freud ha demostrado, estamos enfadados con los demás porque básicamente estamos enfadados con nuestros padres. Algo tiene que ser reparado en nuestra relación con los padres. Esto es una especie de intervención terapéutica que podría ser añadido en el campo de la educación. Por lo menos en la adolescencia cuando ya hay suficiente vida para mirar atrás.

Esto es una cosa que pueda ser dicha sobre la educación del amor. Pero yo veo que el amor no es una cosa sola, sino tres. Una forma de amor es la benevolencia, un buen corazón. Una otra forma de amor es la admiración o el respeto. Y esta forma de amor también es importante porque si no hay bastante respeto o veneración o devoción, la vida se empobrece enormemente. Si no apreciamos a las personas, las personas se convierten en una interferencia. Si no nos hacemos
lo suficientemente pequeños como para poder mirar arriba a las cosas, no vemos la maravilla
de las cosas. Hoy día todo el mundo quiere decir: vean lo grande que soy. Y esto es un mal negocio. Es mucho mejor ver la grandeza de los demás.

Y hay un tercer camino, una tercera forma de amor, un aspecto del amor que es la alegría.

La mayoría de las personas tienen problemas con la alegría, con la diversión; la mayoría han aprendido a reprimir su alegría. O de infravalorar la alegría, de posponerlo a favor de otras consideraciones. Como las conveniencias o el reconocimiento o la vanidad….y así sucesivamente. Hasta incluso el deseo de ser amado en el sentido de ser mimados o recibir la atracción romántica de otros. Cuando no hay suficiente capacidad de disfrutar – ni siquiera la vida religiosa,
ni siquiera la vida devocional puede ser un éxito. La alegría y el disfrute tienen que estar presente en todas nuestras actividades. Y la mayoría de las personas no se dan cuenta de que han perdido este órgano de alegría. La alegría tiene que ser cultivado a través de la música,
a través del baile, a través del contagio, a través de la valoración apropiada, a través del reconocimiento de su importancia.
Hoy día la educación es un sitio terrible para la alegría.
Ni siquiera está el entendimiento ni la comprensión por parte de muchos de los profesores
que los niños son….deberían ser felices o que educar significa intentar hacer feliz a los demás.
Se supone que la educación debe ser severa…..!

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