jueves, 23 de junio de 2011

Guerir... sanar la civilización (2º ) : una entrevista


 

Desde

http://www.enpositivo.com/una-cura-posible-para-el-alma-y-para-la-sociedad

una entrevista ad hoc. 

 

Una fórmula para sanar la civilización


Entrevista a Claudio Naranjo, psiquiatra chileno.
La nave se está hundiendo pero la gente tiende a estar más ocupada en mantener el estatus que en salvarse; en defender lo poco que les queda, aunque se haya visto lo poco que vale, que en la transformación, en dejarlo todo y empezar a construir de cero.
Claudio Naranjo estudió medicina, psiquiatría y música y acabó convirtiéndose en un referente mundial en la investigación de la mente humana. Integrador de la sabiduría tradicional y científica, oriental y occidental, y el conocimiento histórico, antropológico, sociológico, psicológico y espiritual del ser humano. Creador del programa SAT, en principio dirigido a profesionales de la psicoterapia y derivado en un programa de transformación individual y social para uso personal y en el ámbito educativo. Autor de más de 20 libros, traducidos a varios idiomas.

“La única salida a esta crisis es la transformación interior”.
La crisis actual ha tambaleado muchos cimientos del sistema y ha acabado revelando algunas de sus muchas fisuras. El comunismo se hundió por sus fallos de funcionamiento pero el capitalismo no parece salir mejor parado. Llevamos siglos cambiando gobiernos, haciendo revoluciones políticas y sociales pero nunca llegamos a buen puerto quizás porque nos olvidamos de las transformaciones más básicas y elementales que tienen lugar en la revolución personal.
Tenemos el mundo que tenemos por el tipo de conciencia que se desarrolla a través de la educación, según Claudio Naranjo. Y si queremos salir de verdad de esta crisis económica, social y humana hemos de superar el ego individualista e iniciar una auténtica transformación interior.


¿La civilización está enferma? ¿De qué?

El mal de la civilización es la mente patriarcal. Y no me refiero sólo a la sociedad patriarcal que hace que los machos predominen sobre las mujeres y tengan un acceso más fácil al poder y a la economía. Me refiero a una forma de mentalidad que actualmente ya todos compartimos, hombres, mujeres y niños, contaminados por el mismo virus.



¿A qué nos referimos exactamente, con esa “mentalidad patriarcal”?

A una pasión por la autoridad. Por el ego, el ego patrístico, un complejo de violencia, desmesura, voracidad, conciencia insular y egoísta, insensibilidad y pérdida de contacto con una identidad más profunda.
Hay quien cree que todo esto forma parte de la naturaleza humana y que siempre ha sido así.
Pues no. Hay indicios de la existencia de un pasado matrístico, y aún hoy existen algunas sociedades indígenas de estas características que no funcionan en absoluto con estas directrices y valores que conocemos en la civilización. Esta mente, lejos de ser inherentemente humana, en realidad empezó a gestarse hace sólo unos 6.000 años, cuando, ante una crisis de supervivencia, ciertas poblaciones agrícolas arcaicas indouropeas y semitas tuvieron que volver a hacerse nómadas y acabaron convirtiéndose en comunidades de guerreros depredadores.


¿Y cómo se manifiesta esta mente patriarcal?

En unas relaciones de dominio-sumisión y de paternalismo-dependencia, que interfieren en la capacidad de establecer vínculos adultos solidarios y fraternales. El cerebro patriarcal-racional llama a la competencia, mientras que el femenino llama a la cooperación. Esta dependencia y obediencia compulsiva (a los gobiernos y al poder en general) no sólo son enajenadoras para el individuo sino que constituyen distorsiones, falsificaciones y caricaturas del amor.


Pero las cosas pueden ser de otra manera. Usted dice que, en realidad, somos seres “tricerebrados”.

Efectivamente. En un lenguaje anatómico, poseemos un cerebro instintivo, que compartimos con todos los reptiles; emocional, como el resto de los mamíferos, y el racional, que es el último que se ha desarrollado y, sin embargo, ha acabado imponiéndose a los otros dos. Es como si en nuestro interior lleváramos a tres personas: una de tipo intelectual-normativo, que sería el padre; una persona emocional, que representa el principio del amor, que es la madre, y una instintiva, que sería el niño. Pues bien, en la sociedad actual, lo que denominamos la civilización, predomina el cerebro racional y tiene lugar el imperialismo de la razón sobre lo emocional y lo instintivo.


Pero esta razón que impera, ¿es realmente racional o más bien irracional?

Ahí has dado en el clavo, porque en realidad no es racional ni inteligente, desde el punto de vista de los resultados en el bienestar social y personal. Ha corrompido conceptos como la inteligencia, la eficacia o la racionalidad misma. Es una mente rígida, aislada, autoritaria y normativa que busca resultados y ganancias a corto plazo, pero ganancias desde el punto de vista competitivo, materialista o consumista, no en cuanto al bienestar profundo, desarrollo personal o convivencia con el medio. Y, en consecuencia, toda la educación está sujeta a este paradigma racionalista.
Que se manifiesta en  considerar la educación un mero traspaso de información, alejado de objetivos como el autoconocimiento, que debería ser prioritario. Y así vemos cosas en la escuela como que un niño o una niña llora y le llaman la atención.


Y si se ríe le echan de clase.

Las emociones están prohibidas. Y lo instintivo aún más. Y sin embargo, para que la persona esté sana en una sociedad sana sería preciso el equilibrio entre los tres cerebros. Armonizar los binomios competencia/colaboración, agresión/ternura. Desarrollar una sana agresión en vez de la agresividad depredadora imperante. Y sobre todo desarrollar la capacidad amatoria, la ternura.


¿Estamos en el camino? Usted habla del ocaso del patriarcado.

Por una parte, vemos que el autoritarismo en las familias disminuye y también el de los gobiernos. Pero han cogido el poder las empresas y su control en la sombra es enorme. Pero quizás sí, podemos decir que la nave se está hundiendo pero la gente está más ocupada en mantener el estatus que en salvarse; en defender lo poco que les queda, aunque se haya visto lo poco que vale, que en la transformación, en dejarlo todo y empezar a construir de cero.


Por eso insiste usted tanto en la importancia de la educación.

Claro, porque es más fácil prevenir que curar. Hemos de prevenir la destrucción de la mente. La educación actual cuenta con una agenda implícita que requiere que los niños sean igualitos a los papás, cuando los papás son el problema. Decimos que la educación es para transmitir nuestros valores y no nos damos cuenta de que estamos transmitiendo nuestras plagas.


¿Y esto es responsabilidad de la escuela, de la familia, de los medios.?

De las autoridades en todos estos ámbitos, desde los profesores quemados hasta la misma opinión pública. Los padres aspiran a que sus hijos triunfen en este mundo de competencia económica, no importa que también sea un mundo de pobreza creciente mientras que no les toque a ellos. Prefieren la educación que sirve como una máquina de certificación. No les interesa educar sino servir al mundo del trabajo. Insisten en que desean el bien de los hijos pero en realidad no les interesa el bien de los hijos más que como eficacia en los negocios. Tenemos el mundo que tenemos por el tipo de conciencia que se desarrolla a través de la educación, que es una educación implícitamente explotadora.


Es usted muy crítico con la educación y muy en especial con los educadores.

Porque no considero educación el mero traspaso de información, como una forma más de producción, de formación y explotación de nuevos trabajadores, que es en lo que consiste la escuela actual. Debemos volver a las raíces de la educación como autoconocimiento, en la búsqueda de ese “conócete a ti mismo” de Sócrates. Al autoconocimiento transformador que posibilite el cambio.


Sin embargo, hay algunas iniciativas educativas diferentes, como por ejemplo las escuelas internacionales
de Krishnamurti.

Sí, pero aún esas escuelas llegan hasta el debate, y eso está bien, porque por lo menos te da la oportunidad de aprender a pensar por ti mismo. Pero el debate en sí no transforma nada. Hay que integrar procesos de autoconocimiento transformador.


La transformación individual para transformar y sanar la civilización.

No hay cambio posible sin pasar por el autoconocimiento individual. Siglos y siglos de cambios sociales y políticos han fracasado porque han pasado por alto el cambio de las personas. Sólo podemos sanar el tejido a través de las células, las personas. Y para eso tenemos que sembrar la semilla en la escuela. Pero ha de ser una nueva escuela que tenga en cuenta los tres aspectos de las personas: el conocimiento, la salud amorosa y la salud instintiva.


Suena diferente.

Pero necesario, si queremos transformar las cosas de verdad. El otro día me invitaron a dar una conferencia en una universidad, y antes de empezar me pidieron que evitara los temas espirituales y los psicológicos y me limitara a la pedagogía. Chocante. La educación se resiste a integrar lo transcendental-espiritual y lo terapéutico y sigue considerándolo un campo ajeno porque, de lo contrario, complicaría las cosas. Y es cierto, las complicaría un poco, porque significaría permitir que las personas piensen por sí mismas. Así que no se asume el riesgo. Claro que no se calcula el precio.


¿Y cuál es el precio?

La infelicidad colectiva.


¿Y qué podemos hacer?

En primer lugar, reconocer que es un hecho que los niños llegan cada vez más emocionalmente dañados al colegio. En muchos casos los padres están ausentes de la educación de los hijos. Escasea el tiempo libre y casi no se disfruta del ocio, y mucho menos compartido en familia. Y sin embargo, el ocio está ligado al crecimiento y al espíritu,
ya que te ofrece la oportunidad de estar contigo mismo.


¿Qué más?

Reconocemos también que están faltos de amor y de esa parte del saber, no científico, la sabiduría que nos permite tomar buenas decisiones en la vida. Decisiones que nos conduzcan de verdad a ser más felices.


¿La escuela tiene que ocuparse de todo esto?

Sí, la escuela tiene que incorporar ese aspecto humanizante. Revelar la insatisfacción latente y canalizarla. No sólo para sacar a flote este sistema económico en crisis sino por el coste personal y de sufrimiento.


¿A qué se refiere con revelar la insatisfacción?

Porque detrás de toda búsqueda hay una insatisfacción y si queremos iniciar una búsqueda personal hacia el autoconocimiento y la transformación debemos ser conscientes primero de que este estado de cosas no nos satisface. La insatisfacción está ahí, bien latente y bien visible, lo que pasa es que el consumismo nos da respuestas del tipo: cómprate un coche mejor, cambia de casa, de ciudad, de pareja, de trabajo. Pero no vale la respuesta del consumismo porque la insatisfacción, así, no sólo no se resuelve sino que acabamos haciéndonos adictos a ella, que en realidad es lo que necesita el sistema: que seamos unos obedientes consumistas insatisfechos crónicos. Necesitamos respuestas más profundas que nos lleven a hacer cambios significativos.



Tengo la impresión que tanto en la escuela como en la familia no siempre está bien vista la búsqueda
ni la insatisfacción.

Y así es. Porque nuestra cultura no reconoce la búsqueda como un valor sino como un síntoma. Sólo se admite si está en el camino de la ambición profesional, pero si es algo indefinido, que es como tiene que ser la búsqueda en estado puro, enseguida se etiqueta. Dicen “qué persona tan inquieta”, y se la ve rara. Si además es muy apasionada, la búsqueda no comprendida ni apoyada se hace dolorosa y acaba en la consulta del psiquiatra. Cabe la posibilidad de que se acabe interpretando como un síntoma esquizofrénico, angustia, etc., cuando en realidad no es más que la insatisfacción natural ante la vida alienada, separada y desestructurada que llevamos.



¿De qué manera podemos actuar desde la familia?

Lo máximo que pueden hacer los padres por sus hijos es ocuparse de su propio desarrollo personal. Que el padre y la madre se desarrollen como personas y sean el ejemplo. Que no aspiren solo a que el hijo o la hija traigan buenas notas a casa. Que tomen conciencia de todo eso que está faltando en la educación y parece que nadie lo nota.


El libro.
Sanar la civilización.
Claudio Naranjo.
Ediciones La Llave.
 Más información
http://www.fundacionclaudionaranjo.com/
Ilustración por "medusa distro"  ,   http://zinelibrary.info/patriarchy-civilization-jpg?size=_original

martes, 21 de junio de 2011

Guerir la Civilisation. Claudio Naranjo en francés

Guerir la civilisation

Une tres bonne nouvelle!

Ha aparecido en Francia la publicación de “Guerir la civilisation”, traducción ( de Sara Martinez ) de la obra de Claudio naranjo “Sanar la civilización”
(Ed La Llave, http://www.edicioneslallave.com/libro.php?id=103 ….).

En http://www.ecce-editions.fr/guerir-la-civilisation.htm se puede encontrar la reseña de la editorial y la direcciíon de Internet donde conseguir el libro.

¡He aquí una muy buena noticia! La obra de Naranjo está editada , principalmente en inglés, castellano, italiano, portugués y alemán, es decir, en el mercado anglosajón , el mercado latino -americano y el germano parlante. Y el mercado francófono suele ser tangente con los anteriores...

En 1972 apareció “The one Quest, su primer libro, en el que estudiaba las diferentes vías de iluminación que no eran sino una sola; “La agonía del patriarcado”, su primer libro abiertamente “político”es de 1993. Desde entonces, siguiendo en esa misma línea , escribió “El eneagrama de la sociedad: Males del mundo, males del alma”, “Cambiar la educacion para cambiar el mundo”, “Cosas que vengo diciendo: sobre el amor, lo terapeútico, la conciencia y la solución a los problemas del mundo”, “La civilitá, un male curabile” y “L´Ego Patriarcale”.



Desde luego, no todos somos Claudio Naranjo. Es la suya la vida de un buscador de la verdad con gran apetito y excelente digestión, aprovechando al máximo las ocasiones de contacto con tradiciones espirituales vivas que la vida le brinda, lo que conforma un curriculo fuertemente singular, con vertientes artísticas, científicas y místicas. Pero es el caso que, en en estos últimos años, su obra termina condensándose en esta faceta “política” de su quehacer. Lo que le ha venido importando a lo largo de su caminar personal se suma, se concilia, se configura en un campo que acoge lo histórico, antropológico, económico y social. Es un “work in progress” más y más afinado sobre la realidad planetaria actual, (“la nueva y viejísima situación de la civilización”) acogida al análisis de los grandes sustentos de este mundo desigual: El patriarcado, la civilización, el Ego, los males del mundo. Y en ese sentido, la lectura, el estudio de su obra trabaja por un estado de toma de conciencia al que podríamos aplicar aquello de que “Claudio Naranjo somos todos”.

jueves, 2 de junio de 2011

Uruguay estudia formar educadores con método SAT, del chileno Claudio Naranjo


Uruguay estudia establecer un programa piloto destinado a la formación de educadores para atajar la situación "crítica" que vive la enseñanza en el país empleando el programa experimental SAT, creado por el médico y psicólogo chileno Claudio Naranjo.

Naranjo (1932) se reunió en la sede del Gobierno uruguayo con el presidente José Mujica, con quien dialogó sobre los problemas de la educación en América Latina y sus posibles soluciones.

A la salida de la reunión, el médico chileno apuntó que se reunirá con el ministro de Educación y Cultura de Uruguay, Ricardo Ehrlich, para desarrollar en la Universidad de la República un programa basado en sus enseñanzas que forme maestros y profesores, fundamentalmente de educación media, como una manera de salir de la crisis en la que está sumida.

"Lo que está claro es que la educación está en crisis y las personas no quieren esta educación, que cae en la obsolescencia. La educación debe ser para la vida, y no para la producción", manifestó Naranjo tras el encuentro con Mujica.

Según señaló el médico, el programa SAT para educadores busca transformar a los profesionales de la enseñanza para poder modificar la enseñanza en sí, fomentando la sabiduría individual, la compasión y la libertad.

Así, Naranjo destacó que con su método, los futuros maestros deben aprender "a desarrollar el amor, la solidaridad y la capacidad de que el otro te importe", lo que se logra a través de "la reelaboración de la relación que mantuvieron con sus padres".

"La mayor parte de la gente no sabe que rompió necesariamente vínculos con los padres, y si uno rompe con el padre tiene problemas de autoridad y si es con la madre, problemas con amor. Así que hay que trabajar para sacar ese el dolor y esa rabia", afirmó.

Además, el SAT busca "la recuperación de la libertad" y poder volver a ser "uno mismo, tomando conciencia de los deseos y descriminalizarlos".

Junto a eso se hace hincapié en la música, para buscar la "admiración, que subyace en la creación de los valores".

"A través del arte entra un amor a lo divino, se entienda ese concepto como se entienda, y se repara la capacidad de disfrutar de algo que despierta admiración".

La creación de una escuela de formación de educadores apunta a estudiar el impacto que un método educativo alternativo como el propuesto puede tener en los adolescentes, indicó Naranjo.

Según dijo, en los países en que ya se implementó, el programa ha influido muy positivamente en la calidad de vida de sus usuarios.

(de la prensa uruguaya).