sábado, 25 de octubre de 2008

EDUCAR PARA SER: ¿UN PROYECTO UTÓPICO? -2

Los principios en los que basamos nuestra idea de escuela son: La inclusión de la familia, la expresión, la comunicación, la actitud, la participación y el respeto a los ritmos naturales.



.- LA INCLUSIÓN DE LA FAMILIA

El equipo docente trabaja junto a las familias en un proyecto común.
El entorno en el que se desarrolla el niño/a en sus primeros años es el que marca gran parte de su carácter. Las relaciones que existen entre los padres, hermanos, abuelos, incluso las que hubo en generaciones anteriores tienen una importancia extraordinaria en su forma de sentir, actuar y pensar.
Los niños que acuden a la escuela son portadores de toda esta información, que les condiciona fuertemente, aunque quizá no de forma consciente. Partiendo de esta idea, para nosotros es fundamental el conocimiento y contacto con los padres, para colaborar mutuamente en el proyecto educativo de su hijo.


Incluir en el cotidiano del aula las referencias familiares, su historia y sus contextos puede aportar mucha seguridad y disponibilidad hacia los aprendizajes escolares.

Sea cual sea la modalidad de familia a la que se pertenezca, será muy importante trabajar el respeto y la confianza mutuas (escuela/familia), de forma que realmente podamos colaborar en el objetivo común.
Para ello nos proponemos buscar todos los medios, vías y estructuras organizativas que faciliten la comunicación y la participación activa de las familias en el proyecto educativo del centro.




- LA EXPRESIÓN


Si consideramos la educación como un proceso de desarrollo de lo que en esencia existe dentro de cada uno, la capacidad para expresarlo, reconociéndose, será uno de los aspectos fundamentales a tener en cuenta para lograr una buena y equilibrada comunicación con el entorno.

Transformar toda necesidad de expresión en lenguaje. Así es como han surgido los diferentes lenguajes humanos: gestual, plástico, gráfico, verbal, escrito, musical, matemático…



Consideramos que todo aprendizaje escolar toma su sentido cuando se convierte en un lenguaje con el que comunicarse. Por tanto será imprescindible equilibrar en cualquier área de aprendizaje el tiempo dedicado a la expresión creativa y a la incorporación de información o técnica.
Los acontecimientos cotidianos de cada uno, del grupo, del colegio, del barrio,…y los sentimientos que nos provocan serán el contenido privilegiado con el que trabajar .



Si hablamos de lenguajes, el cuerpo es el primer medio de expresión, muy olvidado en el contexto escolar. Frente a una educación dirigida a la mente, donde el cuerpo es un instrumento para el rendimiento, planteamos partir del placer de actuar para llegar al placer de pensar.i
En el cuerpo y con el cuerpo se expresan todas las vivencias físicas, emocionales, relacionales, intelectuales y espirituales.


En la escuela se debe permitir y favorecer el proceso natural que va de la acción con el cuerpo al pensamiento.
El movimiento y la postura es el primer lenguaje del ser humano con el que se expresan los deseos, sentimientos y necesidades más primarios. El primer diálogo y el más efectivo en cualquier encuentro es el tónico – gestual, pero suele ser muy inconsciente. Creemos que es

muy importante aprender a darnos cuenta de lo que hacemos, sentimos y pensamos, para tomar conciencia de nosotros mismos y poder expresar con claridad en los tres niveles. Afianzando la construcción del “yo”, será posible el reconocimiento del “tú” y del entorno.

Pero entre lo que se vive en la realidad interior y los límites que impone el mundo exterior hay una gran tensión, que se resuelve a través del registro simbólico. El espacio simbólico es un espacio de descanso, porque está a medio camino entre el interior y el exterior. Allí es posible realizar todos los deseos y así poder aceptar y situarse ante las limitaciones reales.

Existen límites que es necesario reconocer y aceptar en la realidad, pero los deseos no tienen por qué reprimirse, es posible expresarlos canalizados a través del registro simbólico.


El juego es la actividad que surge de forma natural para expresar el mundo interior desarrollando la capacidad simbólica. Es fundamental que en la escuela se permita
y acompañe el desarrollo del juego en todas sus modalidades: desde los juegos con más protagonismo del cuerpo: juegos de seguridad, sensoriomotores, presimbólicos, juego simbólico, juegos de precisión, juegos de reglas,… hasta los que plantean otro lenguaje representativo, más distanciado de emoción porque el cuerpo no está tan implicado: juegos de construcción y representación plástica, juegos rítmicos, verbales, matemáticos …

En el juego se expresa con placer el deseo profundo. Y del placer de actuar se llega al placer de pensar.

El cuerpo tiene que ser tenido en cuenta en la disposición de los espacios, del mobiliario, de las actividades diarias, etc. Y hay que darle lugar para que se exprese, se reconozca y reconozca otros cuerpos.
En nuestra escuela el cuerpo no puede quedar relegado a los momentos de Educación Física o psicomotricidad... La autoestima, la concentración, la atención, la reflexión… son conceptos que no pueden trabajarse ni crecer sin tener en cuenta el cuerpo real del ser que tenemos delante.



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