lunes, 22 de febrero de 2010

¿Alguien se anima? Don Gregorio Luri da ejemolo.

Respondió dor Gregorio al post anterior, y ahí va su réplica, una larga contraréplica y su nueva contestación.
Escribo "Don Gregorio" siempre que ewcribo su nombre, y eso que no le conozco más que del Blog: cada vez que lo hago, me estoy dando un gusto. Me brota un respeto, con el que le reconozco a él-por cómo escribe, por lo que escribe y por cuánto escribe- y con el que además me doy gusto a mí: disfrutar ante alguien me proporciona el mismo placer que disfrutar ante -digamos-, una sinfonía, o una película. Me gusta sentir admiración, gratitud, respeto...

Luri -por variar- contesta a sus corresponsales, y se pone en cada respuesta. muchas gracias, don Gregorio.
Dicho esto, allá va el cruce de cartas:

Gregorio Luri dijo...

Yo, con perdón, me considero un maestro republicano.
Ciertamente a Sir Ken lo tengo por un excéntrico.
Mire usted: han pasado dos mil quinientos años y sigo encontrando interesante leer a Platón. Y no sólo eso, considero que Platón nos entiende a nosotros mejor que lo que nos entendemos nosotros mismos.
Hay cosas que pasan y son efímeras y hay cosas que quedan. Esas que quedan son el corazón del humanismo.
Dicho de otra manera: que lo de la modernidad líquida me parece una memez de ociosos.
Y si no que se lo pregunten a nuestros emigrantes.

Tengo que reconocerle que en mis clases solía decir a mis alumnos: aquí el que opine, está suspendido.Es que me intersan mucho más los argumentos que las opiniones.

Dicho esto, un abrazo y gracias por la referencia.


un usuario del SAT
11:39 PM, febrero 20, 2010 (he cambiado la redacción de algunas frases: el original tal cual en http://elcafedeocata.blogspot.com/2010/02/el-amor-conducido-por-la-locura.html#comments

Soy un superviviente del Colegio Diocesano Nuestra Señora del Puy, -el mejor de mi ciudad, y el peor de nada- años 1960 a 1969.
Mi ortografía es impecable, sencillamente infalible; mi castellano, bueno. Me sé que Obi, Yenisei y Lena son los ríos de Siberia, y que el Valderaduey con el Sequillo son afluentes del Duero por la derecha. Ni la Historia de España ni la Formación del Espíritu Nacional me dejaron tanto poso que no los haya podido reprogramar en años posteriores; otras brechas me costaron más, pero es cierto que, si uno lo intenta, cualquier cosa se puede aprovechar.
Resumen: a siete horas en el colegio, cinco días por semana, por 40 semanas, por 9 años, dan (hasta el Preu) 11.600 horas de educación. A mi esa cantidad, me asombra.

Las principales acciónes educativas eran Pillarnos y Evaluarnos. Pillarnos: hablando, tocando la pared, mordiendo un bolígrafo, "despistados", corriendo, poniendo mala cara... Pillarnos era la esencia de aquellas mañanas y tardes. Claro, teníamos entre 8 y 16 años, así que cada mañana, cada tarde, pillaban a unos cuantos, con lo que la tarea estaba cumplida. Ya está. Además, teníamos exámenes quincenales, en los que yo fui el segundo de mi clase durante los seis años de bachiller: vaya usted a saber qué significaba tal cosa. Desde luego, jamás se me preguntó cómo me sentía... pero se insistió debidamente en cómo me debería sentir.

De todo aquello me quedó una formación religiosa que tuve que tirar por la borda, miedo en el cuerpo ante las figuras de autoridad, cariño hacia algún profesor y, eso sí, un atisbo de la Historia de la Literatura a través del cual descubrí el verdadero humanismo. ¿Qué se hizo del resto de aquellas once mil horas?

Mis dos hijos , que empezaron antes en las escuelas, ya llevan años y años siendo educados.
Bien sé que yo acepto para ellos cualquier cosa que se diferencie de aquel triste matadero de chavales; y estoy seguro de que lo que desde entonces se ha intentado cambiar en la educación en España y en Europa, todo ese movimiento (que incluye -¡desde luego!- los antecedentes, los hechos y los frutos de Mayo del 68 -en México, en Praga, en París-, como incluye los antecedentes, los hechos y las consecuencias del movimiento californiano de los 60), tal vez no haya dado en el clavo; tal vez no haya hallado la
madurez en su búsqueda.
Pero si la búsqueda de una alternativa a 11.600 horas de desperdicio por chavala y chaval, en sus años de formación no sólo profesional, sino total, no es una prioridad absoluta, pues ya me dirá usted.

No soy educador, así que apenas sé de qué hablo, y usted lo es, y además de verdad.
Si le leo en su Blog es porque siempre salgo de su página pensando y buscando. Ahí hay chicha, ahí encuentro educación sin que usted ni me Pille ni me Evalúe. Si me dice que el tal Sir Ken es poco interesante, lo pongo entre paréntesis: Tal vez ese Sir Ken tan "Sir" tan "Sir" ,sea un mero charlatán, que se está forrando a costa de gentes más o menos líquidas: lo cité y lo contrapesé con el post de usted como estímulo para quien apetezca pensar: no doy por él un duro. Pero tengo la sensación en algunas de las entradas del "café de Ocata" sobre la Aktual Edukación Neoñoñista de que tira usted "el niño con el agua del barreño", y que pontifica contra intentos de mejorar las cosas que necesitan, seguro, de ser escuchados, reconducidos, trabajados, reformulados y dirigidos a 179º desde su formulación inicial, pero a la postre intentos valientes, generosos de hacer saltar por los aires tamaña barbaridad: 11.600 horas de falta de respeto, de imposición, de desperdicio de generaciones de jóvenes, de chichinabo.

Tal vez las horas impartidas desde esos postulados que usted denuncia como banales y ociosos sean vacías: créame que mi impresión personal es que a menudo sí que lo son, y me erizo ante las sosas vacuidades ñoñas de muchas "novedades" educacuionales.
Al mismo tiempo, la educación que a mí me tocó vivir, incontaminada de estos males modernos, virgen de toda "liquidez", heredera de estilos con siglos de raigambre,
fué una “nuez vana”.
Y ahora, qué, ¿echamos un pulso a ver si prevalece la inanidad o si la vacuidad? ¿o nos plantamos entre todos ante el hecho educativo en sí y nos aprestamos a partir de cero, a ver de qué somos capaces?

No sé cómo localizó la referencia del articulito del Blog, pero le agradezco mucho su atención al contestarme. Si da usted su autorización, publicaré su comentario como un post aparte, con el fin de que alguien se anime y se anime a debatir, y si no, pues así está bien.
Gracias por todo: por el estímulo, por contarnos lo del nieto, por Bacallá Salat, por Bulgaria, por … y estoy esperando esa edición en castellano de La escuela contra el Mundo.
Francis Elizalde.



Gregorio Luri, El café de Ocata.

Fracis: Por supuesto que tiene mi autorización.Yo estoy profundamente agradecido a mis maestros. Sé exactamente todo lo que tengo que agradecerles.
Eran exigentes, pero también
me permitieron ver "El tercer hombre" con trece años y otras obras maestras del cine. Había alguno, eso sí, que daba miedo pero aún a ese le estoy hoy agradecido.
Se que en conjunto libraron a toda una generación del fatalismo sociológico de una vida agreste en los pobres pueblos de España.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creatividad, Kreatibidá, Kreatibitatea. Mi respeto a las lenguas y sus códigos siempre que nos ayuden a entendernos, no me interesa la lengua encorsetada en reglas gramaticales que obstaculizan la comunicación y el uso del código con significado y significante que proviene del preestablecimiento y que tiene tanta dificultad en ser variado en el tiempo . También me choca cuando leo en internet esto que pego aquí aunque pienso: escribe como quieras siempre que te entiendan. Aunque a mí, me choca mucho.

“ La difikurtá d'una definizión zufiziente i analítika de la literatura, radika en la impozibilidá d'un konzenzo ihtóriko der término i de zu ehtudio. Mientrah loh dihzionarioh apuntan a definí komo una zienzia a la literatura a trabéh der uzo der abla; en loh ehtudioh literarioh, ze debaten pó definí ké eh lo literario, i ké eh lo no literario, pa' pohteriormente azé de eza zelehzión de tehztoh o de obrah, zu obheto de ehtudio. Empero, no ai una unidá en zuh definizioneh. Ehto ze debe a ke zinkrónikamente, la palabra literatura ehtá en un kontinuo eboluzionar. i lo ke no ze konzideraba anteh parte de la literatura; ahora, máh ke nunka, ze le konzidera pieza indizkutible pa' konformá er korpuh literario. i reziprokamente”.

La creatividad si que no necesita normas, ni apuntes previos.; Necesita sentimiento, conexión con algo que todavía no existe pero que se intuye y brota poquito a poco por los poros como una marcha lenta y caliente que promete un lugar donde descansar y deleitarse ante lo que se presenta. Puede ser luz, color, sonido, forma, seres danzando alrededor. Conexión donde la dimensión tiempo pasa inadvertida, donde inicias un camino que a menudo no sabes que nombre tiene, ni que forma. se construye y deconstruye no con la misma facilidad o más bien con la misma dificultad. Los conceptos, los pensamientos de cómo deben ser las cosas nos roban la creatividad, sería conveniente poner las cosas boca abajo para no reconocer nada de lo que tenemos delante y poder así ir creando y tejiendo el camino hacia un ???????....... ahora me surge la duda de si también tengo que decir hacia una ????'.... todo esto lo sentí cuando me puse en la mesa y quería hacer un...” no lo tenía claro para un regalo”. Al final, una flor al descubierto me deleitó.

Poner las cosas patas arriba para construir sin el constreñimiento de los mandatos, de las autoridades y las normas de comportamiento.
En un txoko con amigos e hijos de amigos le preguntan a un niño si quería tomar algo y dice que una cocacola, la madre de uno de los niños piensa que esa cocacola debe ser compartida y le sugiere al primer niño que le de la mitad a la niña segunda, el niño primero se niega y la madre muy salomónica dice “ no sabes compartir, hay que aprender a compartir”. Yo estaba allí y presencié la situación mientras tomaba mi café y en ese momento me dije ¿ qué pasaría si tuviera que compartir mi café con lo rico que me está sabiendo?. En fín hay que aprender pero antes de recitar el concepto hay que vivirlo, saber o comprender qué siento para no poder compartir, para no poder reírme o llorar o divertirme.