viernes, 8 de enero de 2010

PARA UN DEBATE VI

Claudio Naranjo "in person" pide su turno en la polémica, y dice así:


Sobre la polémica de si la FCN ha de presentarse como buena servidora del bien público o arriesgarse a ser vista como revolucionaria y por lo tanto peligrosa al orden establecido.

Le pareció a uno que no sólo funcionaba mal el mundo, sino que empeoraba,
como un enfermo grave que corría peligro, y pensó que así como se pueden curar
las enfermedades, podría sanarse el mundo a través de un cambio.

Cierto es que las revoluciones políticas habian fracasado, y hasta las revoluciones ideológicas, ¿pero acaso no sería posible una revolución más sutil que aquella de las ideas – una revolución o mutación de la conciencia?

Y pensó que tal vez ello podría ser posible a través de un cambio radical de la educación.
No una reforma más, sino que una revolución educacional, que comenzase por una
re-definición, y que se encaminase precisamente a la re-humanización de las personas.

Pero cuando quiso compartir con sus amigos lo que habia comprendido, le dijeron
que no asustara a la gente hablando de revolución; y que eso de “cambiar el mundo”
les sonaba a grandioso, y que podria incluso resultarle insultante a quienes se empeñaban en hacer las cosas de la major manera posible.

“Vamos con tacto” --le dijeron—“y con cuidado, para no despertar resistencias”.
“Más vale que en vez de hablar de revolución, adaptemos la actitud mas generosa

de quien ayuda a que las cosas mejoren.”

Y esto lo entristeció, pues ¿se puede hacer una revolución cuando no se osa siquiera usar esa palabra? ¿Acaso la política no nos ha demostrado sobradamente que la seducción y el engaño sólo han perpetuado un mundo engañoso?—pensó-- y le pareció que no podría ser alcanzado el noble fin de un mundo más feliz a través de los usuales medios “políticos”, ya que los medios determinan los fines de la misma manera como el niño es el padre del adulto.

¿A qué llegaron los estalinistas de los años cuarenta o cincuenta, acaso, cuando recurrieron a la violencia para llegar a la paz y el poder para llegar a la justicia y la equidad, sino al capitalismo salvaje de nuestro tiempo?

¿Es que mis amigos no entienden el naufragio en que vivimos, cuando hablan de ayudar modestamente a lo que se está haciendo? ¿O les afecta tanto la opinión pública que no osan arriesgar la impopularidad?

Y se dijo: si quiero contribuir a un mundo más humano, mas vale que me cuide de la astucia, reconociendo que no hay regalo más generoso que se le pueda hacer al mundo que cambiarlo;
y que para ello, nada mejor que comenzar llamando las cosas por su nombre.

1 comentario:

Anónimo Nadadora dijo...

Es la primera vez que te encuentro en Internet a través de tu puño y letra.
Algo de astucia también tiene el querer amortiguar la palabra revolución, desdeluego.