miércoles, 21 de noviembre de 2007

Revista ESCUELA, num. 3766



A Sócrates, nada menos, se remonta Claudio Naranjo al presentarse y presentar su ideario, brevemente, para el periódico Escuela, en conversación telefónica desde Roma.

La Educación ha de contemplar el conocerse a uno mismo.
Fue el gran descubrimiento del pensamiento socrático
y es absurdo que hoy hayamos renunciado al autoconocimiento y éste haya dejado de formar parte de la educación”,
reivindica.

El chileno, uno de los nombres clave del movimiento humanista de los siglos XX y XXI, músico, psiquiatra, formador de psicoterapeutas y creador del programa SAT
(siglas de Seekers After Truth, “Buscadores de la verdad”, en inglés) en el seno de la Universidad de Berkeley (California) en los setenta, se ha pasado con el cambio de milenio al campo de la educación a aplicar en este terreno su experiencia en investigación desde 1969.

Dio el paso al ver que entre los asistentes a sus cursos cada vez eran más numerosos
los educadores que buscaban una respuesta a su falta de motivacióny a su conformismo,
que se acercaban a esta fi gura carismática, poco afín a a vender certezas ya hechas:

“No hay que dar dogmas,
hay que despertar al buscador interior”.


Y Claudio no les ofrecía consuelo, ni mucho menos. Su visión de la educación actual es crítica,
muy crítica:


“Tengo una convicción cada vez más clara de que la crisis de la educación es sólo una manifestación más de la crisis del sistema, que es parte de su causa”.

Pero les abría los ojos a sus inmensas posibilidades y les hacía reaccionar con su revolucionario lema “Cambiar la educación para cambiar el mundo”.
En 2004, este lema se convirtió en el título de un libro de más de 500 páginas
(Ediciones La Llave).

A Claudio, que cuenta con su propia Fundación con sede en Barcelona ( http://www.fundacionclaudionaranjo.com/), aparte de en los talleres de SAT-Educa
(
http://www.sateduca/. org) que en la actualidad se imparten en Andalucía y Cataluña reconocidos
por la Junta y la Generalitat, se le puede ver en varias conferencias a lo largo del año.
Esta semana (del 19 al 23 de noviembre) estará en Barcelona. El miércoles 21
en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma y
el viernes 23 en el edificio histórico de la Universidad de Barcelona analizará
para todo el que se acerque su frase de cabecera en los últimos tiempos, “Cambiar
la Educación para cambiar el mundo”, y el porqué de la Fundación Claudio Naranjo.


EL CURRÍCULO DETRÁS DEL HOMBRE

La figura de Claudio Naranjo no puede entenderse sin englobarla dentro de su
conjunto. Y, en concreto, de su formación. Tan multidisciplinar que resumirla
siempre resulta incompleto y enumerarla de principio a fin, extenuante. De hecho,
a sus 75 años, Claudio sigue estudiando y acaba de doctorarse honoris causa en
Ciencias de la Formación Primaria por la Universidad de Udine (Italia).

Discípulo de Fritz Perls, perteneció al grupo fundador de la Terapia de la Gestalt
en el Instituto Esalen en los sesenta. Además de por la música o por la psicoterapia
se interesó por la antropología, la sociología y la historia. Pero, sobre todo,
por integrar la sabiduría tradicional y la científica.

También estudió las distintas religiones, el sufismo, el budismo y el chamanismo,
atraído por lo “espiritual”. Aún hoy lucha contra el tabú que supone incorporar
el adjetivo “espiritual” sea en el contexto que sea. Respecto a su interés por la educación,
había empezado en los setenta, al aplicar sus conocimientos en el Standford Resarch
Institute (SRI), centrado en la investigación de políticas educacionales. Hace siete
años, tras la Conferencia de la Educación para el Tercer Milenio en Catamarca (Argentina),
donde se reunieron más de 3.000 educadores de toda América Latina,
volvió a sentir su llamada.

“Veían mis aportaciones y desde el mundo académico nunca habían dejado
de llamar a mi puerta”,
rememora Naranjo, “pero fue tras Catamarca cuandopor fin les respondí”.

Con sus colaboradores creó en 2000 el programa específico SAT-Educa, que promueve
un desarrollo personal para que haya un desarrollo integral del educador.


Ésta es una selección de pensamientos en voz alta de Claudio Naranjo, recogidos de varias entrevistas a lo largo de su vida, que intentan aclarar más su fi losofía:

Detenerse en mitad del camino:
Educación para el ser
significa educar esa parte profunda de la mente que se sitúa
más allá del pensar, del sentir y del querer hacer; implica una
educación en el silencio de la vida contemplativa, que, lejos de
ser algo exclusivo de las vocaciones contemplativas, debería
constituir un elemento fundamental en la vida de cada uno”.


Conocerse para cambiar: Hablo de transformación no
sólo como se entiende en psicoterapia, que es sanar de las
cosas que molestan, que duelen; también como implicación
espiritual, que es pasar de un estado común y corriente, digamos,
en el que la mayor parte de la gente se encuentra, a una
condición de conciencia más amplia, más extendida”.


Crisis del psicoanálisis:Hace algunas décadas se rompió
el imperio monolítico del psicoanálisis en psicoterapia; surgieron
muchas alternativas. Surgió la escuela de Rogers, surgió la
Gestalt, surgió la Danzaterapia... surgieron muchas maneras de
hacer. Y luego el público consumidor, en lugar de beber en una sola fuente
como había hecho antes se empezó a alimentar de muchas fuentes”.

Paz interior:La felicidad se cultiva no identificándose con los pensamientos ni con las emociones. Idealizamos las pasiones: el orgullo, el amor. Queremos ser héroes, victoriosos o vencidos; somos muy vanidosos.
Las pasiones son intrínsecamente egoístas y productoras de infelicidad.

Hay que poner paz en los animales que nos habitan.
Hay que dejarse en paz”


“A los educadores intento inculcarles que educar es servir. En muchos casos, ser conscientes de ese sentido de servicio de su profesión
ya les hace cambiar para siempre”


Escrito por SARAY MARQUÉS




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