sábado, 30 de junio de 2012

Un artículo ya antiguo, pero...

 

 

 

"Aprender en Comunidad" en Málaga | 

El pasado fin de semana se llevó a cabo el primer curso del proyecto "Aprender en Comunidad" en Málaga, coordinado por Enrique Villatoro y Leonor Martorell.

Números para educar el corazón


Los participantes de las jornadas sobre el eneagrama. | A. Pastor
  • El eneagrama, sistema que identifica tipos de personalidad, llega a los colegios.
  • La Fundación Claudio Naranjo, con sede en Barcelona, ha realizado el proyecto.

Leonor Cabrera | Málaga
Esto va de números pero poco tiene que ver con las matemáticas. Está relacionado con la psicología y con el empeño de la Fundación Claudio Naranjo en promover en los colegios una educación del corazón, no sólo del intelecto. Para lograrlo, una de sus herramientas es el eneagrama, un sistema de identificación de tipos de personalidad usado por psicólogos para 'curar' a sus pacientes, guionistas para construir personajes en series de televisión o por directores de recursos humanos de empresas para elegir a la persona adecuada para tal o cual o puesto.
El proyecto, denominado 'Aprender en comunidad' y desarrollado en colaboración con la Fundación La Caixa, ha arrancado este fin de semana en el colegio de infantil y primaria La Biznaga, en el barrio de La Mosca de Málaga capital. De sus días de descanso han robado unas horas el personal de limpieza, monitores de comedor, profesores y padres del centenar de alumnos que tiene este centro.
Son tan pocos porque el colegio se quedó aislado con la construcción de la autovía que rodea Málaga y el difícil acceso disuadió a muchos de matricular allí sus hijos, cuenta su directora, Belén Jiménez. Ella ha sido la impulsora, junto con una de las madres, de que La Biznaga sea el primer colegio en vivir este programa, con una treintena de participantes, y dirigido por los terapeutas Enrique Villatoro y Leonor Martorell, ambos radicados en Barcelona, donde tiene su sede la Fundación Claudio Naranjo.
"La idea es unir a toda la comunidad escolar, a todas las personas que están alrededor de los niños, de ahí que contemos también con la participación del conserje o el personal de limpieza, ya que ellos también intervienen en la educación", explica Enrique Villatoro, psicólogo y profesor del departamento de Economía y Organización de Empresas de la Universidad de Barcelona. Él está convencido de que los problemas de una comunidad escolar se arreglan si se resuelven los problemas existentes entre los miembros de la misma y si cada individuo toma conciencia de cuál es su funcionamiento interno.

Tomar conciencia

Y en eso tomar conciencia de cómo funcionamos cada uno es donde entra el eneagrama, palabra que significa nueve puntos. Aunque sus orígenes son anteriores a Cristo, lo recupera el armenio Georges Gurdjieff (1866-1949), a quien se lo mostró en uno de sus viajes un maestro sufí. En los años 60 el boliviano Óscar Ichazo retoma su estudio y se lo enseña en Estados Unidos, entre otros, al psiquiatra chileno Claudio Naranjo, quien lo reformula usando el lenguaje de la psicología moderna. Naranjo, además de con la psicología, está involucrado con la enseñanza y empeñado en que en "la actual educación eminentemente intelectual que ofrecen hoy en día nuestras escuelas se incluya una educación del corazón", según asegura él mismo en su 'Manifiesto por el cambio global de la educación'. Para lograr ese objetivo se creó la Fundación que lleva su nombre.

Fue precisamente en los años 80 y 90 cuando el eneagrama se extendió y adquirió una gran popularidad. ¿Quién no tiene un amigo que practique eneagrama de salón y le haya puesto alguna vez el numerito a todos los colegas de la pandilla? Pero el eneagrama que se enseña desde la Fundación Claudio Naranjo es algo muy serio: está basado en el respeto a cada individuo y anima a cada uno a descubrir cuál es su esencia. Se evita hablar de si alguien es tal o cual número, es un eneatipo. Existen nueve tipos de personalidad, nueve formas básicas de actuar. "Si cada uno conoce cuál es su forma básica de actuar, cuáles son sus virtudes, sus pasiones, lo que hace bien, lo que hace mal, es cuando lo podrá regular", explica Villatoro.
Un ejemplo: el eneatipo ocho tiene como pasión la lujuria, es un buscador de la intensidad al que no le importa meterse en peleas con tal de no parecer débil. ¿Recuerda a Tony Soprano, el mafioso protagonista de la serie 'Los Soprano'? Suele dar miedo al resto de la gente, pero detrás de esa armadura oculta una gran inocencia. En el momento en el que un ocho se empieza a dar cuenta de que esa armadura que lleva siempre puesta dificulta las relaciones con los demás, es cuando su comportamiento en comunidad empieza a transformarse. Igual le pasa al siete, un eterno Peter Pan en busca del placer para no contactar con el sufrimiento, o al tres, cuyo prototipo es el ejecutivo súper eficiente, con una agenda cargadísima y con dificultades para aproximarse a sus sentimientos.

Cursos vivienciales

Ésta es la teoría, claro está, pero los cursos que imparte la Fundación son vivenciales. "Lo importante es la experiencia, porque si tú nunca has probado la miel, por mucho que yo te explique cómo sabe...", argumenta Villatoro. Para vivir esta experiencia Claudio Naranjo creó a finales de los años 80 el programa SAT, las iniciales en inglés de buscadores de la verdad, en el que se combina el conocimiento del eneagrama con trabajo corporal y de meditación. Ese SAT, diseñado para que cada uno bucee en su forma de ser, dura diez días, se hace en régimen casi de internado y con un centenar de personas por curso. Por ese programa han pasado ya miles de personas, mucho de ellos terapeutas, y ha servido a la actriz Candela Peña de fuente de inspiración para su primer cortometraje como directora, '9'.
"Muchas veces tenemos la sensación de somos un bicho raro, de que lo que nos pasa a nosotros no le pasa a nadie, por eso este trabajo lo hacemos con grupos grandes; para que los participantes vean que la fauna humana es amplia", detalla Villatoro. Un SAT, aunque reducido, es lo que han desarollado en el colegio La Biznaga.
"Hasta ahora habíamos hecho SAT específicos para educadores, pero lo que pasaba es que venía un maestro de un colegio y planteaba en el claustro aplicarlo en su colegio y le decían: 'Eso son numeritos', y por eso nos hemos decidido a intervenir directamente en las comunidades escolares", explica Villatoro. Tras el colegio La Biznaga la Fundación desarrollará este programa en dos centros más de Andalucía, uno en Sevilla y otro en Motril (Granada), y en tres de Cataluña. El paso siguiente es llevar el SAT a la empresa. "¿Si un trabajador está satisfecho con uno mismo, más comprometido con su compañía, no va a rendir más?", se pregunta Villatoro. Pues lo mismo ocurre en las escuelas: "¿Si yo trabajo en un colegio y estoy mejor conmigo mismo y con los demás, eso no se acabará transmitiendo a los niños?".
Puedes ver este artículo en la página web de El Mundo: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/05/21/andalucia_malaga/1274444858.html

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