lunes, 5 de enero de 2009

Martín Hopenhayn 1

Martín Hopenhayn hace un comentario acerca del "Cambiar la Educación para cambiar el mundo", de Claudio Naranjo. Ahí van unos extractos: -


La educación del intelecto,

Lo que plantea Claudio Naranjo es condensar el Curriculum tradicional
mas bien con una ética de economía de recursos y tiempo de los estudiantes
para que puedan consagrar más tiempo y energía a otras dimensiones de
la educación.

Tenemos tecnologías audiovisuales, de Internet, etc. que permiten hacer esa especie de economía de tiempo. Dice Claudio "dar un espacio limitado a las materias que actualmente conforman el curriculum: en realidad, la mayor parte de cuanto aprendemos, lo aprendemos fuera del entorno escolar.
Condensar buena parte de cuanto hoy en día se hace en las escuelas y hacer sitio en ellas a personas que han estado ocupándose de su propio y mas elevado desarrollo interior.
Gente metida en el creciente movimiento experiencial terapeútico y espiritual que
florece a nuestro alrededor. En Educación Transpersonal o Espiritual, en el desmonoramiento
del Ego, en el trascender el propio caracter, el relacionarse con el otro trascendiendo ese caracter. Algo sin dogmas, utilizando para la educación espiritual las distintas tradiciones espirituales, incluso, ¿por qué no?, de manera experimental por parte de los alumnos.


Aquí él usa una metáfora que se utiliza mucho en inglés : cuando hemos pasado a una
educación secularizada respecto a la tradicional educación cristiana o
católica "tiramos al bebé con el agua", ¿no es cierto? por el agujero de la
tina. Es decir nos olvidamos de lo espiritual , en vez de presentar lo espiritual
entendido en eun sentido de la la diversidad de tradiciones que pueden enriquecernos.



El último punto, -porque ya me estoy alargando mucho-, es para todo esto,
para esta gran trasformación, la cuestión es :Quién educa a los
educadores? O ¿como educar a los educadores?
Porque, al final, la educación
son cinco o seis horas al día, dentro de una sala de clase, hay un profesor hablando o
dirigiendo la orquesta.


Y allí es donde Claudio Naranjo ofrece como aporte la propia experiencia de tantos años
en el SAT, en este sistema, que podría tener su aplicación y que en Chile tuvo un "veranito
de San Juan", cuando la ex ministra Mariana Edwin, le dio el espacio a Claudio para realmente educar a los educadores.

Ello a fin de que las escuelas puedan internalizar un Currículum de autoconocimiento
de reeducación interpersonal y de cultivo espiritual. Como dice Nicole Dieschbag en su
prefacio al libro, se trata de promover la capacidad de trabajar en el terreno fronterizo entre
lo terapeútico y lo didáctico, o mas aún, la nueva educación une la pedagogía, lo terapeútico
ylo terapeútico a la espiritualidad.

Según el autor, están los recursos humanos y el conocimiento para ello.
Pero, y cito, "lo que se echa de menos en las escuelas de educadores hoy en
día es la capacidad de dotar a los maestros y profesores de toda una serie
de habilidades y conocimientos en el ámbito terapeútico y espiritual,
cuando en mi opinión, dice Claudio, resultaría relativamente poco costoso
incluir estas enseñanzas en los programas respectivos.

Para terminar, frente a todo esto cabria evocar, no a San Juan de la Cruz,
y con esto termino, sino a Jorge Manrique en el comienzo a las coplas a la
muerte de su padre. Con la necesidad de un nuevo despertar parafraseando
lo que se con certeza, que Claudio Naranjo también ha parafraseado mas
de una vez.

"Recuerde el alma dormida
avive el seso y despierte..."

De Martin Hopenheyn podemos saber en http://www.nordan.com.uy/autores/hopenhayn_martin.html

Y podemos ver un vídeo de 90 minutos donde establece un diálogo entre educadores, pensadores, filósofos, mano a mano con Fernando Savater. En

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